No importa lo que sueñes, Las Vegas te lo cumplirá: restaurantes con estrellas Michelin, capillas para bodas las 24 horas, paisajes impresionantes, máquinas tragamonedas y más. Pero justo cuando pienses que ya conoces Las Vegas, te sorprenderá. Por ejemplo, puedes ir a Meow Wolf, una experiencia de sumersión que es una mezcla entre un parque temático y una galería de arte. O puedes ir a la pista de hielo del Cosmopolitan (¡invierno en el desierto!). Y luego está la naturaleza: visita más allá de la Franja y encontrarás parques estatales y vistas interminables en lugares como el Valle del Fuego y el Cañón Red Rock. Son joyas como estas que hacen que Las Vegas también sea un destino para familias y para aquellos que no son tan fiesteros.